El lomo es una parte del animal que se encuentra en la zona dorsal, entre las costillas y la cadera.

Se trata de un corte de carne magra, muy valorado en la gastronomía debido a su textura suave y su sabor intenso.

Está formado por diferentes músculos, entre los que destaca el músculo «longisimus dorsi», que se extiende desde la base del cuello hasta la zona lumbar del animal. Este músculo es el que le da al lomo su forma característica y su sabor excepcional.

Se caracteriza por tener una capa de grasa que lo recubre, la cual se conoce como grasa intramuscular. Esta grasa aporta sabor y jugosidad a la carne, y su cantidad varía dependiendo del tipo de animal y de su alimentación. En general, se considera que cuanto más infiltrada esté la grasa en la carne, mayor será la calidad del lomo.

El lomo se puede cortar de diferentes maneras, dando lugar a distintos tipos de carne. Uno de los cortes más conocidos es el solomillo, que se encuentra en su parte más interna y es uno de los cortes más tiernos y apreciados. Otro corte muy valorado es el chuletón de lomo, que se obtiene al cortar el lomo en piezas gruesas y se suele cocinar a la parrilla o a la brasa.

En la cocina, el lomo se puede preparar de diferentes formas, como a la parrilla, al horno, guisado o estofado. Además, se puede marinar con diferentes especias y hierbas aromáticas para darle un toque de sabor extra.

En resumen, el lomo es un corte de carne magra y sabrosa que se encuentra en la zona dorsal del animal y que destaca por su textura suave y su sabor intenso. Su capa de grasa intramuscular le aporta jugosidad y sabor, convirtiéndolo en uno de los cortes más valorados en la gastronomía.